La próxima frontera de la sostenibilidad empresarial ya ha llegado
El mundo no acaba de funcionar, lo sabemos. Pero tenemos buenas noticias: hay miles y miles de personas con ganas de arreglar los principales problemas a los que hoy nos enfrentamos. Y mejores noticias todavía: estas personas pertenecen a diversos movimientos sociales en el mundo que promueven un nuevo modelo empresarial y económico. Hablamos de redes como el movimiento B Corporation, el Capitalismo Consciente o la Economía del Bien Común.
Sin duda, se ha avanzado mucho en el desarrollo e implementación de la responsabilidad social en las empresas en la última década. La publicación en 2015 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible ha supuesto un paso de gigante y está contribuyendo de forma muy positiva a la definición de estrategias de sostenibilidad empresariales.
No obstante, parece evidente que únicamente con estrategias de responsabilidad social tradicionales no vamos a lograr el objetivo de alcanzar la sostenibilidad. No es suficiente con ser una compañía neutra en emisiones de carbono, ni es suficiente con gestionar la empresa de forma ética y responsable, ni con disponer de un plan de igualdad; sólo por citar algunos ejemplos. Evidentemente, todos estos elementos son necesarios e importantes (y ojalá todas las empresas los aplicaran), pero la próxima frontera de la sostenibilidad radica en crear modelos de negocio con impacto positivo, capaces de dar soluciones a los desafíos sociales y ambientales, muchos de ellos descritos en la Agenda 2030.
Tradicionalmente hemos encontrado argumentos sólidos para defender y justificar la responsabilidad social: gestión de riesgos; obtención de una licencia para operar; logro de un mejor clima laboral y, por ende, mayores cotas de productividad y creatividad; reducción de costes; mejoras de eficiencia en el uso de recursos; mayor competitividad; e incluso mayor capacidad de innovación para el desarrollo de nuevos productos y servicios. Pero, ¿y si todavía hubiera un argumento adicional todavía más relevante? Efectivamente, este nuevo paradigma supone entender que la sostenibilidad es el origen de la oportunidad de negocio. De este modo, la sostenibilidad adquiere una importancia máxima en la organización, ya que de ella depende su supervivencia y desarrollo. Entendida así, la sostenibilidad ya no es un asunto de un departamento interno de la empresa (que intenta convencer al resto de la organización de su importancia), sino que es un tema transversal que afecta a toda la organización y requiere un liderazgo claro por parte de sus máximos directivos. Sí, la responsabilidad social es un tema serio en el que cada vez más los CEOs están centrando su atención.
Seguimos con las buenas noticias: hoy existen y están disponibles las tecnologías para lograr escalar globalmente las soluciones a nuestros principales desafíos de forma ágil y eficiente. ¿Qué nos falta? Como se afirma en Project Breakthrough, falta todavía algo fundamental: reinventar modelos de negocio sostenibles que sean capaces de conectar las soluciones con el mercado.
Como este es un artículo de buenas noticias, queremos acabar con una más: el movimiento B Corp está liderando este cambio. Más de 2.450 empresas en todo el mundo están ya creando estos nuevos modelos de negocio colaborativos, basados en la economía circular o en la oferta de productos y servicios de forma accesible a nuevos segmentos de mercado. Estas empresas forman parte del movimiento B Corporation y están comprometidas con la creación de un nuevo modelo empresarial en el que el conjunto de la actividad de la compañía está orientado a generar un impacto social positivo.
La influencia del movimiento B Corporation va más allá de estas casi 2.500 empresas. Más de 40.000 compañías utilizan la herramienta gratuita de la Evaluación de Impacto B para medir y gestionar su impacto con el mismo rigor que se miden los resultados económicos; se han establecido más de 160 alianzas con diferentes organizaciones, incluyendo fondos de inversión de impacto, asociaciones empresariales, ciudades y municipios o universidades, para facilitar la gestión sostenible en las empresas; y más de 70.000 personas siguen con entusiasmo las novedades de este movimiento a través de sus diversos canales.
Como afirma un reciente artículo de Harvard Business Review, la sostenibilidad y responsabilidad empresarial únicamente puede tener éxito si se convierte en un movimiento. Efectivamente, necesitamos que estas loables iniciativas se conviertan en un movimiento social capaz de alterar nuestro comportamiento individual y, como consecuencia, colectivo. Quizá tengamos más poder del que creamos y esté en nuestras manos acelerar este cambio. Qué gran noticia.