Cambiando vidas: Tres B Corps en acción

La pandemia no ha afectado a todas las personas por igual: con la COVID-19 se han incrementado las desigualdades, así como los riesgos a los que se enfrentan los colectivos más vulnerables de nuestra sociedad. Estas son algunas de las conclusiones que se pueden extraer del informe El papel de la empresa en el bienestar social, elaborado por Caser y Fundación Seres. Sin embargo, la pandemia también ha puesto sobre la mesa la necesidad de que las empresas, en tanto que agentes de cambio, aumenten su impacto social, a la vez que crece su valor económico. Hoy, contamos la historia de tres empresas B Corp españolas que utilizan la fuerza de la empresa para cambiar vidas. 

LA CASA DE CARLOTA

Cuando explicaron hace 8 años que su equipo creativo estaba formado por personas con discapacidad intelectual, les llamaron locos. Hoy, La Casa de Carlota, la compañía del activismo creativo, ha trabajado para el Ayuntamiento de Barcelona, hoteles de la ciudad Condal, la Fundación Pasqual Maragall, Danone, Nestlé, grupo Mahou, Fundación Aladina y muchos más. Su razón de ser es clara: “Queremos desafiar el Status Quo con una forma de pensar diferente, incorporando en nuestro proceso de trabajo estratégico y creativo la neurodiversidad como factor diferencial”. 

Con este propósito, La Casa de Carlota ayuda a construir marcas relevantes y competitivas a partir de propósitos transformadores más humanos, más sociales y más sostenibles. Y lo hace incorporando en sus procesos de ideación la neurodiversidad. Esto significa que una parte de su equipo y en función del proyecto en el que estamos trabajando, puede incluir a personas con síndrome de Down y autismo. Colectivos que en según que trabajos profesionales han sido injustamente tratados y minusvalorados, porque durante demasiado tiempo solo hemos percibido su discapacidad en lugar de aprovechar sus innumerables puntos fuertes.

MICROWD

En un viaje a Nicaragua para visitar a las familias que recibían sus becas escolares, Alejandro de León descubrió que la mayoría de mujeres beneficiarias no querían donaciones, sino financiación para sus negocios. Andando por el mercado del pueblo, lo entendió: era ahí donde ocurría la magia. En el mercado cualquiera podía entrar y vender, el mercado no discrimina al que tiene pocos estudios, sólo premia al que tiene el mejor producto o precio. Era una oportunidad para progresar y, de hecho, fue el origen de MICROWD: una fintech que conecta a inversores y ahorradores con mujeres emprendedoras de América Latina; un producto financiero que además de ofrecer rentabilidad, genera impacto social con cada microcrédito.

Y es que MICROWD financia a mujeres emprendedoras en la base de la pirámide de la pobreza en América Latina que, gracias a los microcréditos, pasan de vivir priorizando las necesidades del día a día, para tener una seguridad que les permite ahorrar y tomar decisiones tomando en cuenta el largo plazo. A día de hoy, MICROWD ha creado una comunidad de más de 600 inversores que han invertido más de 9 millones de euros en casi 6.000 mujeres, obteniendo un 6,5% de rentabilidad.

VISUALFY

Manel y Ángel, los fundadores de Visualfy, eran asiduos colaboradores de la comunidad sorda. Un día, en una reunión, el móvil de Manel vibró y una persona sorda le dijo: “¡Manel, te llaman!. “No me llaman -contestó él- es un mensaje”. “¿Y cómo lo sabes?” -le interpeló su interlocutor-. “Muy fácil, tengo diferentes sonidos para cada cosa: una llamada, un mensaje…” En ese momento quedó patente que algo tan sencillo no estaba al alcance de las personas sordas, y nació una app gratuita que traducía los sonidos de las notificaciones en alertas visuales de colores. Las miles de descargas en todo el mundo a los pocos días de su estreno dejaron claro que había una necesidad. Y ahí comenzó todo. 

Visualfy no solo mejoró aquella app sencilla con diferentes servicios gratuitos que dieron lugar a Visualfy Mobile, sino que desarrolló 2 productos más tras recibir 1,3 millones de euros del programa de innovación de la Unión Europea H2020: Visualfy Home, un sistema de accesibilidad para el hogar que traduce sonidos en alertas visuales en cualquier sistema conectado, y Visualfy Places, una solución para espacios públicos que hoy está siendo instalada en edificios públicos y privados de todo el país. Desde entonces un equipo mixto de personas sordas y oyentes trabaja cada día para hacer realidad la visión de construir un mundo donde no oír no detenga los sueños de nadie, con la lengua de signos como una lengua más y las anécdotas de los malentendidos habituales de un maravilloso equipo diverso y  multilingüe. 

¿Quieres pasar a la acción?

Tienes poder. Un poder que ejerces cada vez que eliges qué quieres comer, qué productos o servicios quieres comprar, dónde inviertes tu dinero o en qué compañía u organización trabajas. Porque premiando a las empresas que hacen las cosas bien, ayudas a que el mundo sea un poco mejor.

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