¿Por qué neurodiversidad rima con creatividad?

Cuando alguien es capaz de dibujar de memoria sobre una tela de cinco metros el skyline de Nueva York después de visualizarlo en un corto vuelo en helicóptero; cuando alguien puede entender cómo piensan las reses y diseña, sin tener ni idea de arquitectura, establos para reducir su estrés y ayudarles en su bienestar; o cuando en un equipo de diseño trabajan personas que jamás han diseñado, pero sus trabajos reciben premios internacionales, sin duda alguna, estamos hablando de cerebros que no funcionan exactamente igual que los de la mayoría. Este hecho de ser diferentes al común de las personas, lejos de representar un problema, en según qué trabajos puede significar una gran ventaja.

Stephen Wiltshire (Londres, 1974) es un artista diagnosticado con autismo conocido por su habilidad para reproducir paisajes con gran detalle de memoria, después de haberlos visto solo una vez. (Ver aquí su proceso de trabajo)

Temple Grandin (Boston, 1947) es una activista y representante a nivel mundial del espectro autista. Es zoóloga, etóloga y profesora en la Universidad de Colorado. (Ver aquí su conferencia)

La neurodiversidad en el proceso creativo

El término “neurodiversidad” se aplica normalmente a la variación neurológica en el funcionamiento cognitivo de las personas, que puede conducir a diferencias en el pensamiento, la atención y la memoria. Este término fue adoptado por la comunidad autista para referirse a personas cuya neurología es atípica o diferente de la mayoría. Aunque, de forma más global, la neurodiversidad podría aplicarse también a disfuncionalidades cromosómicas como el síndrome de Down y entenderse bajo criterios basados en la diversidad humana (identidad de género, edad, cultura o diversidad étnica). Al fin y al cabo, absolutamente todos los seres humanos tenemos neurodiversidad y diversidad funcional: en nuestra mente y en nuestro cuerpo.


“Los cerebros humanos son diversos.
No son iguales y por eso, no hay personas con cerebros
anormales sino sistemas neuronales diferentes.”

En La Casa de Carlota hemos llevado el concepto de la neurodiversidad a todos los niveles en los que se manifiesta la diversidad de pensamiento humano para utilizarla de forma proactiva en nuestros procesos de ideación. Esta manera de trabajar nos permite descubrir y enfocar soluciones estratégicas y creativas desde ángulos absolutamente diferentes, nuevos y en muchos casos, maravillosamente sorprendentes.

“Hay trabajos donde ser diferente al
común de las personas significa una gran ventaja.”

Este funcionamiento atípico que en según que sectores y trabajos puede ser un inconveniente, en el mundo creativo de las ideas es una gran oportunidad porque, las personas neurodiversas, precisamente por su manera diferente de pensar, pueden desarrollar de forma inconsciente enfoques menos obvios en cualquier planteamiento creativo o estratégico. Es un pensamiento lateral, menos racional y diferente al pensamiento lógico tradicional.

En nuestro estudio de diseño, una parte de nuestro equipo y en función del proyecto en el que estamos trabajando, puede incluir a personas con síndrome de Down y autismo: colectivos específicos que, en según que trabajos profesionales, han sido injustamente tratados y minusvalorados porque durante demasiado tiempo solo hemos percibido su discapacidad en lugar de aprovechar sus innumerables puntos fuertes. Como explica Joan Teixidó, uno de nuestros directores creativos, “no hemos inventado la creatividad, sino una manera diferente de llegar a ella”.

En el marketing más estratégico, más conceptual, más focalizado a proyectos transformadores, aplicamos la neurodiversidad vista desde el criterio de la diversidad humana: personas que, de nuevo, piensan diferente y que nos ayudan a descubrir nuevas soluciones y oportunidades estratégicas que las que conseguiríamos desde unas ópticas más convencionales y desde unos procesos más estandarizados.


“Durante demasiado tiempo, solo nos hemos centrado en
la vulnerabilidad de las personas con neurodiversidad
en lugar de aprovechar sus innumerables puntos fuertes.”

— Matt Hancock, Secretario de Estado de Salud y Asistencia Social en el Reino Unido

Tenemos que aprovechar aquello en lo que las personas neurodiversas tienden a ser buenas: la creatividad, el pensamiento lateral y la visión de las cosas de manera diferente.

Si queremos competir en un mercado en el que las marcas están obligadas a cuestionar su modelo y si queremos liderar retos transformadores en la sociedad y el medioambiente, a las empresas se nos presenta una gran oportunidad: incorporar la neurodiversidad.

Este artículo está escrito por José Maria Batalla, responsable creativo y socio fundador de La Casa de Carlota & friends, una agencia de publicidad y estudio de diseño especializado en responsabilidad social para las empresas y sus marcas.

Anterior
Anterior

B Lab y GRI se unen para mejorar la gestión del impacto social y ambiental de las empresas

Siguiente
Siguiente

L. Enrich (R4S): “Convertimos retos de inclusión social en oportunidades de negocio tangibles”